Desdibujad@, obligad@ a abandonar los viejos hábitos , aprendiendo a acoger lo nuevo aún con reparo.
Tratando de acostumbrarte a la incertidumbre, novat@ en confiar y olvidar los planes.
Aparece la ansiedad para guiarte, viene a protegerte de ti.
Te visita para recordarte que pares y escuches, sobre todo a tu cuerpo, que desconectes de tu cabeza y te sientas.
Es tu aliada, empezó susurrándote con cariño que no era por ahí , pero la ignoraste y ha tenido que subir el volumen para que la atiendas y la hagas caso de verdad.
Viene a decirte que no puedes controlarlo todo, que dejes de montarte tantas pelis, que bajes las expectativas.
Te acelera el corazón para que lo notes y no olvides que está ahí , latiendo para ti.
Oprime tu pecho forzándote a que lo abras y respires profundo, para que te conectes contigo y con la vida.
Ese temblor que la acompaña a veces, es la manera que tiene de decirte que tu cuerpo no soporta tanta tensión, que por favor te relajes y sueltes.
Te muestra tus ganas de salir corriendo de una existencia jaula que no quieres habitar.
Invitándote a desechar la exigencia con la que mides y te mides.
Se disfraza para asustarte y para que por fin pidas ayuda y asumas que no puedes sol@.
Se arriesga, provocándote esa sensación de creer morir, para que tu miedo te lleve a descubrirte.
Para saber aceptar lo que está siendo y no lo que te gustaría que fuese.
Cógela de la mano, mírala bien, no huyas, dale las gracias por querer mostrarte el camino de vuelta a sentir , a Estar en la VIDA.
* Foto:@marasaiz.photo
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