Algo estamos haciendo mal cuando un niƱo de once aƱos estƔ cansado de vivir.
Nuestras aulas estÔn llenas de niñ@s que en sus mochilas llevan demasiado peso del que no se mide en kilos.
Hay demasiados partes por mal comportamiento y faltas de respeto, demasiada desmotivación, demasiado negro en sus ropas.
Estamos confundiendo nuestras prioridades si nuestros hij@s pasan mƔs horas con las pantallas que con nosotr@s.
Hemos perdido de vista lo importante si lo que mƔs afecta a la autoestima de los adolescentes es su imagen en el espejo y no gustar a los demƔs, en vez de a si mism@s.
TodavĆa hay muchas etiquetas, mucha información inĆŗtil, mucho boli rojo seƱalando lo que estĆ” mal y poco verde reforzando lo que estĆ” bien.
Tenemos familias sin tiempo de ser familia, de hacer hogar, porque estÔn ocupad@s en ganar dinero para comprar cosas a sus hij@s que probablemente necesitan menos que sus caricias.
Cubriendo sus necesidades materiales y dejando vacĆos emocionales.
Compartimos poco, escuchamos y hablamos mal ,no incluimos ni validamos a los demƔs como a nosotr@s.
En los parques y las calles faltan niƱ@s jugando.
Se acorta la infancia, se tiktokean sus cuerpos , admiran el mĆŗsculo, los miles de euros, las marcas que no dejan huella y que no son legado para el mundo.
Que no necesitemos que nada venga para pararnos de nuevo y darnos cuenta de que es lo primero en nuestra vida, lo valioso.
Seamos los mejores capitanes y capitanas de nuestras almas, human@s autƩntic@s , capaces de inspirar a quienes nos rodean.
SeamosĀ de verdad, coherentes, respetuosos, dĆ©monos y ofrezcamos mĆ”s AMOR …
Y ese serĆ” el reflejo que encontremos.
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