Te pareces a ti, no te compares.
No tiene sentido.
Imagina el ciprés frente a la rosa.
Es ridículo.
Un elefante junto a un cisne.
Absurdo.
Y lo haces, muchas veces, desde el principio.
Empiezas de pequeñ@, en casa, con tus hermanos o hermanas, observando si les quieren más, si hacen menos, si pueden o saben o tienen o corren más que tú.
En el cole también lo hacías , te fijabas en las notas que sacaban tus compañer@s, si la profe los eligía a ell@s en vez de a ti, si…
De adolescente aún más, equiparando los cuerpos de los otr@s con el tuyo, su ropa, sus novi@s, sus cosas, sus vidas…
Olvidándote de ser quién ya eres, un diseño exclusivo del universo que no tiene rival posible.
Abraza tu historia, reescribe lo que necesites, pero deja de leer la de los demás.
Ocúpate de Ser tu mejor TÚ, de seguir tus pasos, de encender tu luz sin dejarte eclipsar, sin opacar la de otros.
Tu camino es único, igual que tus decisiones, experiencias, sensaciones, huellas…
Te pareces a ti, y eso todo lo que has de recordar.
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